Entrevista

Ayer mi ordenador querido no se conectaba a internet. Entre el desconcierto y la duda me puse a mirar cosas que tenía guardadas por aquí. Encontré documentos únicos.

Una temporada de mi vida, hace unos años, me dio por hacer entrevistas a una persona que por aquel entonces se apodaba Wendy. Para los que solo conozcan mi faceta chirigotera, aquí va la primera parte de la entrevista:

Entrevista a la Wendy.

La primera parte.

Estaba haciendo como que estudiaba a la vez que refunfuñando. Era un lunes vientoso y desperdiciado como otros y me propuse hacer esta entrevista.


- ¿Cómo se encuentra? Bien.

-¿Echa de menos a alguien? (Bosteza y me ignora)

-Estás algo despistadilla, ¿no? No.

-¿Qué opinas de la vida? (Rato de reflexión) Que es para vivirla.

-¿Cómo fue tu infancia? Normal dentro de lo que cabe.

-¿Le faltó algo en su infancia? Puede.
¿En ese caso el qué? No lo sé.

-¿Tiene miedo a algo? Sí.
¿En ese caso a qué? No te interesa... A mis propios miedos.
¿Es tuya esa frase? Sí, se me acaba de ocurrir ahora.

-¿Qué hace? Quién?
Usted. ¡Estudiar!

-¿Qué le gustaría estar haciendo? Mm, mmhh. Pues ahora mismo me conformo con lo que estoy haciendo.
-Usted es plenamente feliz estudiando, no? Mmm.

-Cómo te va la adolescencia? Ya la he pasado.

-Cuál fue su úlitimo momento más feliz? Varios y prefiero guardármelos.

-¿Se ve usted dentro de unos años? No.

-¿Hace cuanto no se ducha? Ya no me acuerdo.

-¿Su última noche loca? El sábado pasado.

-¿Qué opina de Enrique Iglesias? No le conozco mucho, vamos, pero parece un buen tipo, no sé si tan buen cantante porque no sigo su trayectoria.
-¿Es cierto que llevaste una gran decepción cuando se amputó la verruga? No.

-¿Y si pudiera cambiar cualquier cosa, qué cambiaría? (Tic tac) Posiblemente nada.

-¿Usted considera que el mundo es perfecto? No.
-¿Y por qué no cambia esas imperfecciones que tiene? Porque de ellas se aprende.
-¿Y merece la pena aprender a costa de lo jodido que va el mundo?

(Discutimos)

Bueno seguimos un poquito... dice que no quiere mojarse porque tiene que estudiar a la vez que se quita los pelos de la ceja.

-¿Cuándo fue la última vez que se sintió querida? (Se saca un pelo, lo mira y piensa) El domingo.

-¿Cuándo fue la última vez que quiso desaparecer? (Le pido que se moje y le está costando) No se me ocurre nada como para desaparecer, no. Cuando me llevaron al hospital, ahí sí que quería desaparecer en la camilla.
-¿Fue cuándo estuvo más cerca de la Muerte? Digamos que la tenía más presente.

-¿Y cómo le caía la pálida dama? (se quita unos pelillos mientras medita a fondo, ahora son los puntos negros de la nariz) ...
¿Y bien? Que me caía bien, qué pregunta.

-¿Cuál ha sido el último regalo que has hecho? (sigue intrigada con su nariz) Ayer.
-He dicho cuál no cuando. Eehmm. Es un regalo no material.
-¿La virginidad? Te digo una cosa y no la apuntes ahí. (acepté)
-Y bien, ¿de qué regalo se trataba? Que no voy a contestar.

-Le molesta que le vean llorar? (Aprieta los labios, sigue escribeindo como si tal cosa y después dictamina) No me molesta, aunque no suelo hacerlo, suelo contenerlo, aunque también depende de lo que conozca a la persona.

-¿Y le gusta mostrar sus sentimentos? (Se mira las uñas) Sí.
-¿Y porqué a mí no me los muestra? No se ha dado el caso.

-¿Qué es lo que más odia? La injusticia.
-¿Algo más? La injusticia.
-¿Y usted no peca de injusta muchas veces? No.
-Sinceridad por favor. No soy jueza para saberlo.
-No hace falta. No creo que muchas veces.

-¿Qué harías si fueras la mandamás de España? (Se toca la ceja) Justicia social, igualdad.
-¿Cómo pretende hacerlo? Mm... pos a través de medio para que se regule.
-¿Que se regule la igualdad? Que se regule por ejemplo el oportunismo, ayudas.
-¿De qué tipo? Ayudas sociales, de la gente, no dejar ningún sector marginado, a los niños. Ya está.
-¿Qué haría con las drogas? (mira el boli, se queda pensando) Quizá las legalizaría solo para que no se forren los traficantes.

-Y con el amor, ¿qué haría con el amor? (Sonríe. Se quita una legaña) Hacerlo.

-¿Qué opina de las compresas de noche? Tan muy bien.

-¿Cambiaría algo de su cuerpo? No y menos si tengo que pasar con un cirujano para hacerlo.

-¿Qué habita en tu corazón? Olvido.
-¿Qué es para ti el olvido? (Se toca la nuca, mientras sonríe, piensa y susurra, el olvido es...) No recordar lo que no quieres recordar.
-¿Y usted consigue hacerlo? (Se toca los pelos de delante) Lo intento.
-¿Es para usted una victoria el olvido? Sí.
Pues discútalo con Mario Benedetti.

(El olvido no es victoria
sobre el mal ni sobre nada,
sí la forma velada
de burlarse de la historia,
y para eso está la memoria
que se abre de par en par
en busca de algún lugar
que nos devuelva lo perdido.
no olvida el que finje olvido,
sino el que puede olvidar)

-¿Qué hacemos aquí? No quiero más estúpidas preguntas ya. Sólo vivir.

-¿Por qué se rebela usted? (pone cara interesante, se mira el dedo detenidamente, ahora la uña y sigue a lo suyo) No lo voy a contar, no quiero más preguntas.

-Le hago pensar demasiado? No.

- ¿Se siente incómoda contestando estas preguntas? No porque no las contesto.
-Tiene usted razón.

-¿Qué considera que no invade su terreno personal? Lo que no son mis opiniones.
-¿Sus sentimientos? Son personales. El sentimiento también es una opinión.

-¿Entonces qué puedo preguntar? ¿Y usted me lo pregunta?
-Solo usted lo sabe. (puño en la cara) Pues varias preguntas.
-Concrete, diga alguna. Pues aspectos sobre estudios, trabajo. Incluso gustos.

-¿Cómo quiere ser recordada? (Mira el boli, piensa) ¿Por quién?
-¿Hace falta que le diga alguien? Es que no concretas nada. Como alguien que quiso y fue querida.

-¿Soy mejor que Quintero? Peor.

Hasta aquí la primera parte. Hay una segunda y una entrevista a la Bar Baruti con mucha chicha. Pero eso será en el próximo capítulo.

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