Estaba yo en mi despacho, como siempre, desde las 7.00 de la mañana haciendo guardia por lo que pudiera pasar.

Aún no había dejado mi gabardina en el perchero, cuando me doy la vuelta y allí estaba: una guitarra fumando tabaco de mascar e inspeccionándome con la mirada.

Le dije: ‘¿Qué vienes a buscar?’ Me respondió: ‘A ti’. Le dije: ‘Ya es tarde’. Me dijo: ‘¿Por qué?’ ‘Porque ahora soy yo la que quiere estar sin ti.’

Tantos recuerdos me asaltaban el cerebro, ella lo había significado todo en mi pasado, hoy vuelve y... el corazón me tiembla en los dedos al escribir estas letras. Criminales pero sentimentales, ese puede ser un buen slogan.

Mirando a mi lejana amiga, a la luz del flexo de mi escritorio... me resultó familiar esa mirada, esas pestañas tan realzadas, el estilo original... Por lo que alguien de esta banda quiso hacerme un truco. Enseguida supe de quién se trataba... Dejo que lo adivinen.


No me digáis que no son clavadas. Como veis la conclusión es clara: Bárbara se estaba haciendo pasar por guitarra y ahora, arrepentida, quiere volver a los orígenes, a la guitarra que algún día fue. Además, prefiere que la llamemos Guitabárbara.

Le dejo el turno a la bandurria de la Morris, ya no sé qué le tocará hacer.
(Perdón por la actualización, no estoy inspirada, pero es que si llegan un viernes y ven que no se ha actualizado se cabrean.)