Cuántos macarrones habremos cenado a las 4 de la mañana, cuántas OBAs han presenciado esas paredes, cuánta gente ha acogido, cuántos amaneceres escondidos detrás de la persiana, cuántas músicas, cuántas borracheras, cuántas risas y cuántas lágrimas, cuántos buenos ratones... Ningún dosímetro podría medir todo esto, y mucho menos, toda la mierda que hemos podido ir acumulando. Levantar los cojines de los sofás da verdadero pánico.
Pero cuidado del que crea que Casabar era un sitio de borrachera, había también cabida para la cultura...

Casabar... Casabar, Casabar era actitud, coño. SKASABAR EN NUESTROS CORAZONES.
Te digo adiós, y acaso, mis mejores sueños se mueren dentro de mí,
pero... te digo adiós, para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti.
Perdonen la tristeza, me he dejado llevar y...
4 comentarios:
No es tan dramático, todo tiene solución. Se me ocurre que podríamos seguir realizando actividades en casabar como si no nos hubiera llegado la carta de desahucio. Seguro que los próximos inquilinos no tardarían en marcharse (o en unirse a las farras)
A los rockeros de arriba no va a ser tan fácil echarles!!! ellos se quedaran ocupando y jodiendo a los hijos de puta que van a comer donde hemos comido, cagar donde hemos cagado, y fregar lo que no hemos fregado.
Después de leer esta entrada me he quedado nostálgica, joder, cuánto dejamos ahí... me la llevo en el corazón. Hasta siempre Kasabar
tendremos que pensar en algún "atentado casual", para cuando llegue el invierno
¿Por qué utilizas cada momento melancolico para meter las frases de las canciones que escuchas?
Qué guarrada, jamás volveremos a ver ese diccionario.
Publicar un comentario