La emoción me embraga, perdón, me embarga, me aglutina y me entreteje, al pensar en lo cargadito que viene Diciembre. Qué afluencia de días.
2 de Diciembre. Cómo no, Cumpleaños de la pequeñaja, como todos los años (a ver si improvisa en uno y se cambia de día). Cuarto de siglo de pitiminí (podía ser una canción pero no se me ocurre más que eso).
4 de Diciembre. Fecha grabada a fuego en mi inútil memoria, la del cumpleaños del Gran Culo.
5 de Diciembre. Celebración cumpleañera2 a lo grande, con concierto aramusero incluido. Vendrán personas de todas partes de la estepa. ¿Quién se lo quiere perder? ¡Bah!
6 de Diciembre. No hace falta tener muchas luces para saber qué pasará este día: ¡un resacón del quince!
10 al 14 de Diciembre. Clásica: OBA al aeropuerto (por Navidad). BSS (Bar, Sory, Su) partirán rumbo a Amsterdan y allí abordarán la misión: ponerse hasta el culo, montar en bicileta, y coger amapolas yiiiiija. (He intentado que no se me note la envidia, espero haberlo hecho bien.)
12 de Diciembre. Concierto de Ñaco Goñi, los que aún quedemos en la estepa acudiremos.
19 de Diciembre. ¡¡FASTUOSA CENA DE NAVIDAD EN CASA DE LA CABECILLA!! Con cambio de roles y un manjar exquisito que es más secreto que el de las anchoas en las aceitunas. Guitarreo, cánticos, discursos, alcohol y entrañabilidad.
22 de Diciembre. Estaremos preparados para ir al pueblo dónde toque la lotería y ponernos hasta el gordo por la gorda.
24 de Diciembre. ¿Qué aniversario celebramos, chicos? ¡El de mis piños! Muy bien aprendido.
31 de Diciembre. Jo, qué pena me da que se acabe el 2009, cuando les empiezo a coger cariño (a últimos de Octubre) es cuando se van...
Esto solo es un pequeño índice, pasarán muchas más cosas y casi todos los días serán de entrañable borrachera navideña.
LMIC (La Más Ignorante Cabecilla).
lunes, 30 de noviembre de 2009
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3 comentarios:
VAMOS YAAAA!!!
Tremenda agenda. Señor, ¿cuánto nos aguantará el hígado?
Poniéndonos en lo peor, por lo menos tendremos un paté delicioso!!!
Es verdad Eduardo, y el hígado se regenera, así que no te preocupes, querido hipocondríaco.
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