sábado, 27 de diciembre de 2008

La penúltima cena

Ayer estuvimos en la cena oficial de Bandajena,
los anfitriones fueron Annormal y uno de los directivos de Banda-La otra, el Sienes.
La cena estuvo cojonuda. Aunque cuando se metieron al baño, los típicos comentarios críticos de cenas fueron de todo tipo. Pero el caso es que hubo mucho nivel.
Estuvo la familia entera, hubo alguna baja, pero supimos salir adelante, aunque sus invitaciones estuvieran en la mesa todo el tiempo, recordándome que estaba ocupando un sitio reservado, cosa que me encanta.

También estuvo la perra judía a la que por fin pude conocer en persona, y me dejó impresionada, y por supuesto Mumú leche agria que nos deleitó con un delicioso queso.

No faltó el karaoke, las canciones míticas, Rafael, los vídeos, etc etc.

También estuvo la Su, por supuesto, que se sintió como en casa, y no defraudó, sino que la excabecilla demostró una noche más que cuando se pone nos dobla, por algo fue cabecilla. Siempre recordaré ese rap que te marcaste ayer, cómo lo doblas!


Como lo dobláis todos!

Se acaba este año y hay que sacarle jugo (con alcohol) a los días que quedan.


Sea el año que sea
el garito, casa o parque que sea
con la malísima excusa que sea
quiero estar con Bandajena




siempre lameculos...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja, qué grandísima tu actualización. Yo, la anfitriona, espero hacer esa cena todos los años y que vengáis todos, porque me llena de satisfacción y felicidad.

Me duele que la canción de las hombreras no fuera grabada, porque es lo mejor que he escuchado nunca y, no, ya no nos acordamos jeje.

Os quiero, bandajena y etc. Estoy agradecida solo con que hayáis venido.

Anónimo dijo...

qué bonito!

snif

Anónimo dijo...

Tremendo momentazo que ya no recuerdo gracias al Chivas que suministró la pekeñajax. No estoy de acuerdo con lo de las hombreras, el mejor tema de la noche, sin duda, la versión a voz rasgada de "Mi Hámster se llamaba Rafael" (aún resuenan por los tremendos espacios que hay entre mis neuronas esos coros, ¡Qué coros!)