Esta tarde no fue un váter parlachín lo que nos detuvo, ni una pelota cantando con voz aflautada... Esta vez, supimos que era el día. A esa hora bruja en que mi tamagochi se estaba cagando, en que el caballo virtual de la Cabecilla estaba vacunándose contra la gripe, en que la Spamera miraba sus zapatillas de cada color con lágrimas en los ojos, en que la Pequeñaja lameculos se conectaba en No Conectado al Messenger, y más cúmulo de casualidades que no puedo relatar... a esa hora, todos miramos nuestros respectivos relojes y dijimos: Son las 4 de la tarde, amanece un nuevo día...
Sin apenas reparar en todas nuestras responsabilidades de domingo, salimos rumbo al descampao con nuestras medias de las supernenas, cintas en la cabeza, balón de futbol, rodilleras y litronas. Íbamos cada una por un lado, hasta que nos chocamos todas a la vez, a la ir tan ofuscadas en nuestros pensamientos.
¿Y ahora qué esperáis que os diga? ¿Que nos caímos al suelo, que nos mareamos y que no pudimos empezar a jugar?
Nos caímos al suelo, sí; nos mareamos, sí; nos bebimos las litronas, sí; pero una fuerza interior nos hizo levantarnos, casi levitando alrededor de un balón de Micky Mouse. Sí, aquella voz seguía cantando 'Soy minero' pero ya no nos daba miedo. Sabíamos cuál era nuestra misión, y la cumplimos.
Esa batalla la ganamos nosotros.
Y este es el testimonio de una banda que cumplió con su deber.
domingo, 28 de diciembre de 2008
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3 comentarios:
Qué bien se siente uno cuando cumple su deber,
ojú!
que gran partido!!!!! aunque tengo unas agujetas (se escribe asi, siempre me he liado un poco con estas palabras) que me muero.
bueno espero ansiosa el proximo encuentro!!!!
jo jo que que gran grande, he esperado a dejar de tartamudear tres veces para comentar. jijiji pero cómo me emociona este post... que mono...
que hasta las cejas se me han levantado.
la babuti
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